Un 12 de febrero de 1984 nació Caterine Ibargüen en Apartadó, Antioquia, ciudad en la que se crió junto a su abuela Ayola Rivas luego de que sus padres Francisca y William se separaran.
La hoy campeona olímpica creció en un ambiente sin lujos, donde el dinero y la comida escaseaban.
Unos Juegos Intercolegiados fueron el trampolín de la deportista, cuando el entrenador Wílder Zapata le vio ‘madera’ para el atletismo en una carrera en la que muchos no hubieran apostado por la pequeña de 12 años que llegó agotada en el penúltimo puesto.
Fue así como la atleta encontró en el deporte una opción de vida para ayudar a su familia. A los 14 años, se fue para Medellín en busca de condiciones apropiadas para su entrenamiento y desde ese momento la disciplina y la constancia se volvieron su filosofía de vida.
Lleva 16 años dedicados al atletismo, inició en velocidad y luego pasó a Salto Largo y Salto Alto, modalidades en las que representó al país en los Campeonatos Mundiales de 2005, 2009 así como en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde logró un registro de 1,85 m en fase de clasificación.
Nuevamente Caterine subió al podio, esta vez en los Juegos Olímpicos Londres 2012, para firmar el libro de la historia colombiana. Por primera vez hay medalla de plata en atletismo, un registro de 14.80 metros en Triple Salto, una disciplina que era considerada masculina, a la que las mujeres sólo pudieron acceder después de 1990 y que se convirtió en la cúspide de la hija de Apartadó.